Cómo funciona la terapia cognitiva-conductual
La terapia cognitiva-conductual (TCC) es un tipo de psicoterapia que se centra en la relación entre pensamientos, sentimientos y conductas.
La TCC se basa en la idea de que nuestros pensamientos y creencias pueden influir en nuestras emociones y comportamientos, y que cambiando nuestros pensamientos podemos cambiar nuestras emociones y comportamientos.
La TCC se utiliza para tratar una amplia gama de problemas psicológicos, incluyendo la ansiedad, la depresión, los trastornos de la alimentación, los trastornos de estrés postraumático, los trastornos de personalidad y los trastornos de la salud mental infantil.
Las sesiones de TCC suelen durar entre 50 y 60 minutos y se realizan de forma semanal o quincenal. Durante las sesiones, el terapeuta ayuda al paciente a identificar sus pensamientos, creencias y patrones de comportamiento negativos.
A continuación, el terapeuta ayuda al paciente a aprender a desafiar y cambiar estos pensamientos y creencias negativos.
Técnicas de TCC que se suelen utilizar:
- Reestructuración cognitiva: esta técnica ayuda al paciente a identificar y desafiar sus pensamientos negativos.
- Exposición: esta técnica ayuda al paciente a enfrentarse a sus miedos de forma gradual y segura.
- Entrenamiento en habilidades: esta técnica ayuda al paciente a desarrollar habilidades de afrontamiento y resolución de problemas.
La TCC es una terapia efectiva para una amplia gama de problemas psicológicos. Es un tratamiento breve y orientado a objetivos, y los pacientes suelen experimentar una mejoría significativa en sus síntomas después de unas pocas semanas de tratamiento.
Casos prácticos sobre cómo se implementa la TCC:
Una persona que sufre de ansiedad social puede tener pensamientos negativos sobre sí misma, como «soy un fracaso» o «nadie me quiere».
Estos pensamientos negativos pueden provocar sentimientos de ansiedad y vergüenza. La TCC puede ayudar a esta persona a identificar y desafiar estos pensamientos negativos, por ejemplo, enseñándole a pensar «soy una persona valiosa y merecedora de ser amada».
Una persona que sufre de depresión puede tener pensamientos negativos sobre el futuro, como «nunca voy a mejorar» o «nunca voy a ser feliz».
Estos pensamientos negativos pueden provocar sentimientos de tristeza y desesperanza. La TCC puede ayudar a esta persona a identificar y desafiar estos pensamientos negativos, por ejemplo, enseñándole a pensar «soy capaz de superar esto» o «hay cosas buenas en mi vida».
La TCC es una terapia efectiva que puede ayudar a las personas a superar una amplia gama de problemas psicológicos.
En este caso el terapeuta especializado suele aplicar metodologías de este tipo:
En otro caso, de aplicación de la terapia cognitivo-conductual (TCC) seria una aproximación terapéutica efectiva para abordar una variedad de problemas psicológicos y mejorar aspectos de la personalidad, como por ejemplo los celos y el bienestar emocional.
A modo ilustrativo, estos son algunos de los pasos que se suelen dar durante la terapia:
1. Autoevaluación: Se comienza por identificar tus pensamientos, emociones y comportamientos específicos relacionados con los celos y cualquier otro aspecto de tu personalidad que desees mejorar.
- Para ello se lleva un diario o se registran nuestras experiencias para comprender mejor nuestros propios patrones.
2. Cualificación: Aprender sobre los principios fundamentales de la TCC. Puedes encontrar recursos en línea, libros o buscar ayuda de un terapeuta que te enseñe los conceptos clave.
3. Identificar pensamientos irracionales: En la TCC, se presta mucha atención a los pensamientos irracionales o distorsionados que pueden llevar a emociones negativas. Identifica pensamientos negativos y celos irracionales, y pregúntate si son realistas o si hay evidencia que los respalde.
4. Reemplazar pensamientos negativos: Una vez que hayas identificado pensamientos negativos, trabaja en cambiarlos por pensamientos más realistas y saludables. Por ejemplo, si tienes pensamientos celosos, intenta encontrar evidencia que los desmienta o reestructura esos pensamientos en términos más equilibrados.
5. Técnicas de autocontrol emocional: Aprende técnicas de manejo emocional, como la relajación, la meditación o la respiración profunda, para lidiar con emociones intensas, como es el caso que utilizamos de ejemplo; los celos.
6. Establece metas específicas: Define metas claras y alcanzables para mejorar tu personalidad y manejar los celos. Estas metas deben ser específicas y medibles para que puedas evaluar tu progreso.
7. Practica la autorreflexión: Tómate el tiempo para reflexionar sobre tus comportamientos y respuestas emocionales en situaciones desafiantes. Identifica patrones y áreas donde necesitas trabajar.
8. Aplicación gradual: Aplica gradualmente lo que has aprendido en situaciones de la vida real. Esto puede requerir tiempo y esfuerzo constante, así que sé paciente contigo mismo. Utiliza tu experiencia.
9. Busca apoyo: Puede ser útil hablar con un terapeuta cognitivo-conductual para recibir orientación y apoyo profesional. Un terapeuta puede proporcionarte estrategias específicas y ayudarte a trabajar en tus desafíos personales.
10. Mantén un registro: Sigue registrando tus pensamientos, emociones y comportamientos a medida que avanzas. Esto te ayudará a evaluar tu progreso y ajustar tus estrategias según sea necesario.
Recuerda que la TCC es un enfoque basado en la evidencia que puede ser efectivo, pero puede llevar tiempo y esfuerzo.
La constancia y el compromiso contigo mismo son fundamentales para lograr mejoras significativas en tu personalidad y manejar los celos de manera más saludable.
Siempre es aconsejable buscar la ayuda de un profesional de la salud mental si sientes que necesitas apoyo adicional en este proceso.